lunes, 5 de julio de 2010

MINICUENTO PERRUNO



El único perro que tuve se llamaba Tao. No pude tenerlo mas de tres meses porque mi madre y mi tia hacían vestidos, y el perro manchaba y mordia las telas. Tao fue a dar  a la casa de unos primos en Chetumal. Cuando volví a verlo, un año despues, era un rotundo pastor aleman con el unico defecto de que nunca paro las orejas. En la primera oportunidad de estar a solas con Tao, le pregunte al oido porque no habia parado las orejas. Me lanzo un hocicazo y uno de los colmillos me pego en la sien. Menos herido que asustado, me aparte del perro discretamente y no volvi a procurarlo. Fue todo.

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