El perro sarnoso corrió desesperado y llorando.
Un chicuelo desmedrado azuzó a la jauría; otro lanzó un certero guijarro al perseguido.
No había donde librarse.
El perro sarnoso ganó terreno, gracias al inesperado encuentro – en la esquina – de la jauría con un auto.
Mas dos perros – uno grande, chico el otro – le dieron alcance al fugitivo que, fatigado, tembloroso, hecho un ovillo, parecía dispuesto a dejarse matar.
Y aquí lo prodigioso: el perro grande olió a su victima sin hacerle daño alguno, y cuando los demás perseguidores creyeron saciar su injusta saña, él - generoso – les mostró los colmillos, como diciéndoles: “yo defiendo a este infeliz”.
Sentí ganas de exclamar:
- Gracias hermano can.
Francisco Luarca.
5 comentarios:
TODOS DEBEMOS AYUDAR A LOS ANIMALITOS ENFERMOS, NO ESPERAR QUE SE PRODUZCA UN MILAGRO
LOS PERROS NO TIENEN NADA DE HUMANOS PERO TIENEN MAS CORAZON QUE LOS HUMANOS Y SABEN DEFENDER A SUS CRIAS Y A SUS AMIGOS MEJOR QUE LOS HUMANOS TIERNA HISTORIA
Gracias por sus comentarios, en realidad es una historia muy tierna, me parecio excelente para publicarla en el blog. Los animales pueden enseñarnos muchas cosas a los seres humanos
No es dificil creer ke los animales tengan mas corazon, fedelidad, nobleza, etc.. hacia otras criaturas... lo dificil es creer ke las personas carecemos de ello...Me encanto esta historia.
Excelente, recuerdo esta historia de cuando era niño y hoy recordé muchos momentos de mi infancia.
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