jueves, 18 de noviembre de 2010

¿ Celos en las mascotas?




Los animales no tienen ética ni razonamiento y por ello no sienten celos de la misma manera que los humanos. De acuerdo con Gerardo Garza Malacara, MVZ de la fundación Pet Food Institute, tu mascota podría presentar conductas asociadas al recelo sin que ello quiera decir que se sienta insegura o temerosa de perderte. Toma cartas en el asunto.

CON OTRAS PERSONAS

Las mascotas suelen reaccionar en contra de todo aquello que altere su armonía diaria Si, por ejemplo, tu perro acostumbra andar libremente por la casa, pero cuando te visita una amiga con su bebé encierras a tu can en una habitación, él relacionará a tus invitados con algo desagradable y se sentirá privado de un derecho del que gozaba.

¿ Que hacer? Etòlogos de la Fundación Purina aconsejan practicar el condicionamiento inverso, una técnica que consiste en presentar el objeto que provoca una conducta condicionada que se desea eliminar. Si tu perro o gato se muestra huraño cada vez que hay un bebé en casa, compra un muñeco y siempre que saques el juguete dale toda la atención a tu mascota, incluyendo juegos y premios. Pero  cuando el objeto esté guardado, aplícale la ley del hielo a tu amigo; de esta manera comenzará a ansiar la presencia del juguete. Una vez que esta técnica dé resultado, haz lo mismo cuando te visiten niños pequeños. La clave está en involucrar, tanto como te sea posible, a tu mascota con tus seres queridos para que tengan claro cuál es su lugar en la familia.

ENTRE SU MISMA ESPECIE

Tu perro o gato puede mostrarse agresivo ante una mascota recién llegada. La mayoría de los animales son territoriales y sienten que el nuevo miembro de la familia les robará su espacio en el hogar. Pero si no se trata de un nuevo amigo y tienes dos o más ejemplares en casa, seguramente habrás notado que uno de ellos domina a los demás (denominado alfa), y es por lo regular el que busca acaparar tu atención y reprende a los otros cuando reciben tu cariño y cuidados.

¿ Que hacer? En caso de que hayas adquirido una nueva mascota, presentalos fuera de tu hogar y delimita espacios para que coman, hagan sus necesidades y duerman por separado. Conforme vayan adaptándose, podrás integrarlos. Mas si has notado rivalidad entre viejos amigos es mejor que no intervengas. Los animales, por naturaleza, viven en manada y siguen a un jefe. Si, por ejemplo, al acariciar al no dominante, el alfa le gruñe para que se quite y el otro obedece, mejor deja que se arreglen entre ellos.


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