Aunque algunos nos
quieran hacer creer que los animales de compañía solo transmiten enfermedades,
los expertos han llegado a la conclusión de que los beneficios de su convivencia
son mayores que los riesgos, ya que su
trato proporciona autoestima, sociabilidad, curan la timidez, reducen los
síntomas de violencia e incluso ayudan a superar la drogadicción, esta es la
llamada “terapia asistida por animales”. Y no es esta una
afirmación arbitraria sino la conclusión de las experiencias relatadas por
especialistas de distintas partes del mundo, en el III Congreso Internacional
sobre animales de compañía que convoca la fundación Purina.
La “terapia
asistida por animales” de compañía (TAAC) ha sido efectivamente un
hallazgo en centros penitenciarios geriátricos, reformatorios y hasta, en el
caso de un niño autista, el inicio de sus primeras relaciones con el exterior.
Esto se debe, según los psicólogos que presentaron el trabajo, a que el sistema
de comunicación del animal es más sencillo y su sistema de relación más
espontanea y menos agresiva ya que carece de las normas y valores sociales que
rigen en las personas. El perro, por ejemplo, toma la iniciativa en el trato y
no ceja en el empeño de demostrar su amor, obtenga la respuesta que obtenga.
En el campo de la
rehabilitación de delincuentes, se ha podido comprobar que la “terapia
asistida por animales” a través del trato y la responsabilidad del
cuidado de los animales ha facilitado una reducción de la violencia y
autolesiones, mejora las relaciones entre internos y con el personal y
desarrolla mayor autoestima en el preso, lo que ha dado como resultado la
disminución del grado de reincidencia y una mejora de salud y calidad de vida
dentro de los centros.
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